LAGRIMEO CRONICO
La epífora es una afección muy incómoda, ya que la persona debe estar secándose las
lágrimas casi de forma contínua, además de provocar visión borrosa. Algunas
personas ven por esta causa reducidas sus relaciones sociales o la mera
aparición en público.
Por qué se produce
El ojo contiene una glándula encargada de producir la
lágrima, secreción imprescindible para mantenerlo lubricado. Cuando
parpadeamos, ésta se extiende sobre la superficie ocular y bombea el exceso
hacia un pequeño conducto que desemboca en la nariz.
Cuando el conducto que drena las lágrimas hacia la nariz no
funciona correctamente o está obstuido, las lágrimas se acumulan en la
superficie del ojo y se desbordan. También se producen otros síntomas, como el
exceso de mucosidad o la irritación ocular.
En otras ocasiones, las lágrimas acumuladas en el conducto
pueden infectarse lo que provoca dolor e inflamación en el canto interno de los
párpados.
Tratamiento
Cuando el conducto lagrimal está obstruido se puede recurrir
a la cirugía. En esta intervención se colocan de manera temporal unos pequeños
tubos de silicona que mantienen abierto el nuevo conducto hasta su total
cicatrización.
Hay ocasiones en que el conducto lagrimal no se puede
reparar. Cuando esto ocurre, es necesario implantar quirúrgicamente un tubo de
drenaje artificial.
Este tipo de cirugía no requiere ingreso hospitalario. La
recuperación suele durar una semana.
Últimos avances
En los últimos años se ha puesto en práctica la corrección
de la rija o dacriocistitis crónica con
una nueva técnica que emplea un láser de diodo para eliminar la obstrucción de
las vías lagrimales. Esta técnica aprovecha las vías naturales para introducir
una sonda que alcanza el punto taponado. La intervención dura unos 15 o 20
minutos
LAGRIMEO CRONICO
Información de clinica oftalmologica
La epífora es una afección muy incómoda, ya que la persona debe estar secándose las
lágrimas casi de forma contínua, además de provocar visión borrosa. Algunas
personas ven por esta causa reducidas sus relaciones sociales o la mera
aparición en público.
Por qué se produce
El ojo contiene una glándula encargada de producir la
lágrima, secreción imprescindible para mantenerlo lubricado. Cuando
parpadeamos, ésta se extiende sobre la superficie ocular y bombea el exceso
hacia un pequeño conducto que desemboca en la nariz.
Cuando el conducto que drena las lágrimas hacia la nariz no
funciona correctamente o está obstuido, las lágrimas se acumulan en la
superficie del ojo y se desbordan. También se producen otros síntomas, como el
exceso de mucosidad o la irritación ocular.
En otras ocasiones, las lágrimas acumuladas en el conducto
pueden infectarse lo que provoca dolor e inflamación en el canto interno de los
párpados.
Tratamiento
Cuando el conducto lagrimal está obstruido se puede recurrir
a la cirugía. En esta intervención se colocan de manera temporal unos pequeños
tubos de silicona que mantienen abierto el nuevo conducto hasta su total
cicatrización.
Hay ocasiones en que el conducto lagrimal no se puede
reparar. Cuando esto ocurre, es necesario implantar quirúrgicamente un tubo de
drenaje artificial.
Este tipo de cirugía no requiere ingreso hospitalario. La
recuperación suele durar una semana.
Últimos avances
En los últimos años se ha puesto en práctica la corrección
de la rija o dacriocistitis crónica con
una nueva técnica que emplea un láser de diodo para eliminar la obstrucción de
las vías lagrimales. Esta técnica aprovecha las vías naturales para introducir
una sonda que alcanza el punto taponado. La intervención dura unos 15 o 20
minutos
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